Si algo positivo podemos destacar de los tiempos extraños en los que estamos inmersos es que ante circunstancias negativas e incontrolables somos capaces de levantarnos más fuertes y preparados como individuos y como familia, hoy os contamos cómo trabajar la resiliencia en familia.

¿Qué es la Resiliencia?

La resiliencia en psicología se dice que es la capacidad de una persona de superar circunstancias traumáticas y sobreponerse a momentos críticos. En una sociedad donde nuestras vidas están hiper controladas y bajo una total aparente seguridad la aparición de un hecho traumático e impredecible como una pandemia global han recordado la importancia de educar bajo la resiliencia y cómo esta capacidad puede hacernos más fuertes como individuos y familias.

Resiliencia o «supercapacidad»

Desarrollar la resiliencia comporta muchos aspectos, por esto se la nombra muchas veces como la «supercapacidad». Las personas resilientes son más capaces de enfrentarse positivamente a situaciones estresantes y a adversidades. También se ha comprobado que la resiliencia reduce la intensidad del estrés y produce el decrecimiento de signos emocionales negativos, como la ansiedad, la depresión, o la rabia. Al mismo tiempo aumenta la curiosidad y la salud emocional, por lo que la resiliencia se puede considerar efectiva también para promocionar la salud mental y emocional, pero ¿cómo se desarrolla esta «supercapacidad»?

Pilares fundamentales

Si algo destaca una persona con capacidad de resiliencia es su tolerancia a la frustración, su gestión de las emociones y la resolución de conflictos.

La psicóloga Lara Gómez del consultorio Aprende en Positivo nos da algunas pautas a seguir.

Lo primero de todo es aceptar la situación en la que nos encontramos y enfocarla de la mejor manera posible, manteniendo distancia de seguridad y siguiendo las pautas establecidas.   Es posible que no tengamos unas vacaciones habituales o que tengamos que adaptar nuestras relaciones con los amigos a la «nueva normalidad» pero también es normal que esto genere ansiedad y tristeza. Saber identificar estas emociones y poder superarlas, consiguiendo un efecto positivo y de fortaleza emocional.

La resolución de conflictos también forma parte de la resiliencia. Durante el confinamiento, las familias han tenido que organizarse con normas y reglamentos de cumplimiento imprescindible para evitar el caos. Los menores se han encontrado confrontados con la necesidad de cumplirlos por necesidad vital. Cada persona descubrió su pequeñez por los limites impuestos y en muchos casos afloraron los conflictos. Lo importante de la resiliencia no es que aparezcan estos conflictos sinó la capacidad de saber resolverlos. Por esto hay que insistir en MUCHA COMUNICACIÓN. Si algo no funciona, no nos gusta, se habla siempre con un LENGUAJE POSITIVO.

Por último no hay que olvidar fomentar la autoestima y la autosuperación con PACIENCIA y AMOR. Saber querernos como somos pero también saber cómo nos enfrentamos a los retos y qué podemos hacer para superarlos nos hace mejorar como personas y conlleva una gratificación muy positiva tanto en niños como en adultos.

Algunos consejos prácticos

Ante estas extrañas vacaciones que se acercan existen algunos consejos prácticos que pueden llevarse a cabo en familia para fomentar la resiliencia.

MANTENER UNA RUTINA. Sí, aunque estemos en verano, es bueno que todos mantengamos una rutina; podemos flexibilizar algo los horarios, pero es bueno que durante el día puedan dedicar un tiempo mínimo de lectura, actividades, ejercicios de relajación, concentración…  Al mismo tiempo hacer un DAILY FAMILIAR por las mañanas podéis tener una reunión familiar de 10-15min para planificar cómo irá el día, qué haréis, horarios, personas implicadas en el plan.

Compartir actividades, NO HACE FALTA GASTAR PARA PASARLO BIEN si puede ser al aire libre, organizar caminatas que conlleven algo de ejercicio físico para fomentar hábitos saludables.

Se pueden incluir actividades más creativas con JUGUETES RESCATADOS. Seguro que tenéis muchos juegos/juguetes en casa que hace tiempo no utilizáis. Un recurso infalible es no tenerlos todos a la vez a su vista. Es bueno esconder alguno o ir cambiando juguetes cada 2-3 meses. Así es como si tuvieran juguetes nuevos sin la necesidad de gastar. Y la alegría y motivación por lo nuevo los mantendrá ratos entretenidos en nuevas aventuras. 

En cuanto a la dificultad de relacionarse físicamente con los abuelos o personas más vulnerables organizar una sesión mail o whatsapp con un miembro,  cada día, en la cual los pequeños de la familia puedan explicar lo que han logrado hacer con foto ilustrativa . En la medida de lo posible, y respetando distancias de seguridad, es positivo también aprovechar para quedar con sus amigos/as.

ASAMBLEA FAMILIAR. Por las noches antes de la cena mantener conversaciones para compartir cómo ha ido el día (qué nos ha gustado, cómo nos hemos sentido, si ha pasado algo que no nos gustara…)

Finalmente, educar para la resiliencia consiste en educar bajo el amor y la fortaleza de la familia para saber potenciar y valorar la fuerza que tenemos en nosotros mismos, como individuos. Inculcar el «si quieres…puedes» o el «si caes te levantas y no pasa nada!». Porque esta pandemia no ha hecho más que hacernos más fuertes y mejor preparados para el futuro de grandes y pequeños.

Un poco de ayuda

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